martes, 15 de mayo de 2012

Pensando que experiencias viviría pero también cuales me perdería...

Tan solo quedan 46 días para mi partida hacia Canadá. Estoy tumbado en mi cama, con una sonrisa de oreja a oreja pensando en todas las experiencias que voy a vivir allí. Cuando llegue será pleno verano, y la familia me ha dicho que tienen pensando muchas excursiones para hacer y sitios que visitar. Los chicos quieren que nos bañemos en el lago, que vayamos a un parque acuático y también de atracciones, que montemos en bici por el bosque y derrapemos en quad por el fango, cojamos animales para meterlos en pequeñas casitas o construyamos piezas con Lego. Más tarde llega Halloween en Octubre, y no puedo imaginarme como tiene que ser esta fiesta allí, tan auténtica y tradicional , me tocará vestirme de algo y decorar la casa con calabazas, pero me da igual, me encanta Halloween, y más tarde en Navidad, ooooh preciosa Navidad nevada, para llevar a casa un pino de verdad y esperar a que llegue Santa Claus, para dejarle galletas con leche (como hacen allí) y esperar a encontrarnos la chimenea llena de regalos. 
Si, la verdad es que prometen ser cosas muy bonitas e inolvidables, aunque sin quererlo también me vienen a la mente todas esas otras cosas que me voy a perder, como no poder ver cada día a mi Tete, mi princesa o mis padres. No poder salir de juerga con mis amigos, no estar en el cumpleaños de mi mamá para llevarle una bonita tarta...
No quiero seguir pensando en ello porque me deprimo. 
Solo se que tan solo quedan 46 días y que aún no me creo lo que voy ha hacer, ni donde voy a ir. Todo parece un sueño, un largo sueño, del que por una parte me gustaría despertar y por otra no...

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